Tradición familiar que desaparece, después de cuatro generaciones dedicadas a la actividad de la sombrerería de caballero en Pozoblanco.
Se tienen referencias del funcionamiento de esta sombrerería desde 1850. El devenir de los tiempos convierte en recuerdos los afanes y oficios de las personas. Hasta siempre.







Un sitio muy apreciado por todos aquellos que no tenemos protección natural de nuestro cráneo.